¿Recuerdas ese momento que cada vez que pasa por tu mente te pellizca el corazón? Que tonta soy… Claro que lo recuerdas, constantemente. Todos tenemos traumas.

Así es. Quizás puedas pensar que un trauma como tal es algo más grave, un hecho que te puede hacer perder la serenidad, la cordura. Pero como en todo, no es blanco o negro, la gama de grises está presente. Es clave que le des a cada hecho o vivencia la importancia que merece. Vamos al grano.

Te pongo en situación. Aquel día que te levantaste, un día como otro cualquiera. Con más o menos ganas de comerte el mundo. Y en un momento clave del día, sucede aquello. Un hecho que te hace sentir mil cosas, desde angustia, agobio, ansiedad, tristeza, melancolía, impotencia o simplemente desesperación. Todos los sentimientos menos buenos que nos podamos imaginar. Al final pasa el día y lo vives con ese estado de negatividad. Y entonces, tu vida continúa tal cual. ¡Error! Tu vida no volverá a ser la misma. Tu esencia, actitud, mentalidad, sentimientos… Han cambiado. 

Así es como un hecho puntual en nuestra vida, nos cambia. Y con el paso del tiempo, esa llamada de un número largo del hospital, te recordará a aquellos días. Ver de nuevo a esas personas, te llevarán a aquel momento. Ver vídeos o fotos de esa situación, te producirán una angustia horrible. Y te digo una cosa: No pasa nada.

«Cierra los ojos, no tengas miedo, el monstruo se ha ido.»

John Lennon.

Somos humanos, imperfectos a la vez que perfectamente diseñados. Pasará mucho tiempo hasta que tus heridas cicatricen. Lo importante es que cuentes cuando esa herida te duela, que lo hables con quien mejor te hace sentir. Que expreses en cada momento como te sientes cuando tu mente regresa a aquel momento. Y darte tiempo para curarte y perdonarte por tantas cosas que te habrás y te estarás culpando. Seguramente de gran parte no tengas la culpa, quizás de absolutamente nada. Pero así somos las personas, nos culpamos para encontrar respuestas o justificar lo negativo. Date tiempo, porque efectivamente, el tiempo lo cura todo.

Se amable contigo mismo y no te machaques demasiado. Limítate a escuchar a tu corazón y recordarle cada día que estás a su lado. Que tienes personas que te escucharán y te comprenden sin obligarte a dejar de sentir así. Porque todo trauma, necesita su tiempo para curar. Nunca desaparecerá, pero si será cada vez más liviano.

 

Ama, ámate y siempre ama. Desde el amor, todo se puede.

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