A veces echo la vista atrás y pienso, cuánto has cambiado Ana y tu vida contigo. Si aquella Ana del futuro hubiera venido a decirme donde estoy hoy le hubiera tomado por locuela. Muchas veces os digo que la vida es caprichosa y nos va poniendo una serie de retos o circunstancias que te hacen aprender, superarte y valorar el hoy.
Yo si era de esas niñas que pensaba que en un futuro tendría una familia propia, pero mi prudencia de antes y de ahora no me permitía pensar en un presente como el de hoy. Llevo en mis recuerdos una relación que empezó cuando tenía apenas 18 años, ahora me veo jovencísima para aquello pero entonces me creía suficientemente adulta, ¡Qué ilusa! Me entregué de lleno a esa relación y afortunadamente fue recíproco, no se creer en el desamor. Viajé fin de semana si y otro también, Cuenca me enamoró por su gente y su ciudad, pero no por los findes de fiesta, el amor me llamaba… Y no me arrepiento. Superé una licenciatura de Bellas Artes, ¡Olé! Y el máster no se me resistió, sino que la docencia me enamoró y también me enseñó.
Valoramos que estábamos preparados para la convivencia y así fue, y fue la experiencia más bonita de mi vida, porque nos unió aún más. Y cuando nuestra vida personal y profesional se estabilizó, decidimos casarnos. Vivimos el amor y lo festejamos con los nuestros, y guardamos en nuestros recuerdos el día más feliz de nuestras vidas. Hoy ya es mi marido, mi esposo o como quieras llamarlo. Hoy somos aún más, uno solo. Ahora viene otra parte de nuestras vidas muy bonita que ansío compartir con él.
Dentro de 10 años echaré la vista atrás y me asombraré de otras tantas cosas que me haya dado la vida o circunstancias menos positivas que me haya puesto en el camino. Pero igual que hoy, sonreiré y brindaré por ello. Porque somos lo que hemos vivido.
Cada persona moldea su personalidad basada en sus experiencias. Nunca te arrepientas de lo que hiciste aquel día, porque muy probablemente un día te alegres por ello, te sientas orgullosa por aquello que superaste y te rías de lo que lloraste por lo que ahora te parece una tontería.
Así que, ¿Por qué sufrir por un futuro que siempre será incierto? Tampoco te estanques en un pasado al que ya no puedes volver y del que solo podrás aprender. Vive el día a día, con tu pareja, con tu familia o en tu soltería, como sea, pero vívelo al máximo. Te aseguro que vendrán días en los que anheles el aburrimiento, el reír hasta tener agujetas y el viajar sin importar lo que dejaste en casa. Y para cuando vengan días menos buenos, tendrás esos recuerdos tan bonitos y esas ilusiones de futuro que harán que cada día, merezca la pena levantarse, luchar y continuar. Levantarse, luchar y continuar…
Ama, ámate y siempre ama. Desde el amor, todo se puede.
Que tengas una feliz semana. Muchas gracias por leerme y de todo corazón deseo que disfrutes con cada lectura. Con esto declaro oficialmente inaugurado….
¡El fin de semana!