Que importante es quererse, aceptarse y dedicarse tiempo a uno mismo. Un equilibrio de mente y corazón sano, donde la paz interior te haga estar en armonía. Solemos dejarnos llevar por la sociedad, una especie de corriente que te empuja hacia lo cotidiano, lo costumbrista y la monotonía.
Todo esto puede llevarte a un malestar continuo que haga que tu mochila personal pese cada vez más hasta el punto de sentir que ha llegado el momento de detenerte, pensar, sentir, escucharte y reflexionar sobre lo que está pasando por tu vida.
Te recomiendo que seas auténtico, sin dejarte llevar por lo que tu entorno piensa o siente que es lo mejor para ti. Escucha y una vez lo hayas hecho, haz lo que realmente te haga sentir bien contigo mismo. Saber decir no a aquello que no termina de estar en armonía con tu personalidad o que simplemente no es el momento para ti. Deja de castigarte pensando en cada cosa que pueden creer los demás de ti. Somos libres en pensamiento y libres de corazón, es sencillo y fácil. Vinimos al mundo para crear nuestra propia historia, dejar huella. Que cuando digan nuestro nombre, nos recuerden por lo que hicimos, pensamos o fuimos. No quieras ser un clon más de la sociedad, donde lo que está bien o mal se establece en función de lo que cada uno pensamos.
«La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa.»
Albert Einstein
Quiérete, ámate y siente que puedes conseguir aquello para lo que viniste a este mundo. Descubre que es eso que tiene preparado la vida para ti y sal ahí a triunfar. Sin ánimo de contentar al resto, sino por el simple hecho de sentirte realizado y feliz con lo que haces.
Las generaciones vamos cambiando, nuestros pensamientos van evolucionando. Seamos respetuosos con aquello que nos ha tocado vivir, haciendo entender a las generaciones pasadas que nuestra felicidad reside en esas decisiones y no en otras. Y preparemos a nuestro yo del futuro para recibir lecciones de las generaciones tan fuertes y valientes que están por llegar. Actualizarse o morir, adaptarse o acabar siendo una especie de lastre que no entiende que lo mejor siempre está por llegar.
Es muy sencillo, entender que la felicidad de cada uno es única e irrepetible.
