Hay veces en la vida, que los problemas nos vienen así sin esperarlos. O quizás los esperabas pero te resignabas a verlo o ponerle solución y de repente, cuando te quieres dar cuenta… Te estalla en toda la cara como un cubo de agua fría. Es difícil sentarse y asimilar qué está pasando y decidir como actuar.
«Hay que aprender a dejarse ayudar» Ana Urrutia
Efectivamente, como vemos en este blog, todo lo bueno hay que aprenderlo y todo lo menos bueno hay que desaprenderlo y dejarse ayudar o ayudar, también se aprende. Es inevitable sentir que puedes con todo y creer que solamente tú puedes solucionar tu problema, pues eres tú quien lo ha sufrido y vivido. Habrá veces que serás muy capaz de resolver tus circunstancias, pero otras no será así.
¿Qué pasa cuando no somos capaces de buscar la salida? Corres el riesgo de crear un muro que no te deje mirar en ninguna dirección. Piensa que cuando compartes tu situación con alguien, obtienes otra visión de la realidad que probablemente tú no contemplabas y esto sin duda te ayudará a ir abriendo pequeñas ventanas de luz que te guíen y den una respuesta.
Probablemente estarás tan desesperanzado que pasarán por tu mente pensamientos como «Mi problema no tiene solución», toda la ayuda que me ofrecen no son más que buenas intenciones que no me llevan a ningún lado. Pero algo te aseguro, todos los obstáculos pueden superarse de algúna manera, quizás no al 100%, pero siempre podrás salvar y aceptarlos en gran parte.
Afirmar y creerse que nadie puede ayudarnos, es una afirmación muy general que difícilmente podrás demostrar para que me la crea. ¿Realmente te has planteado toda las posibilidades de ayuda de las que dispones? Te sugiero que pruebes y te des la oportunidad de intentarlo.
Algo a lo que puedes recurrir es «Si no lo ha vivido, no puede saber cómo me siento». Permíteme que te diga, que estás equivocado. Lo único que necesitamos para saber que siente la otra persona, es la empatía. Así es, ponerse en el lugar del otro, significa verte a ti mismo en su piel. Y que te escuchen, simplemente. Sin haber estado en tu lugar, el hecho de ser escuchado de verdad, ya te estará ayudando.
Quizás pienses: «Si no cuento mi problema, no se hará más grande y por tanto, no existe». ¡ERROR! Cuando no verbalizas tu situación, se enquista. Quizás no lo cuentes porque no te encuentres lo suficientemente animado o motivado para hacerlo, pero posponer el hecho de afrontarlo solo te afectará cada vez más negativamente. Reflexiona: ¿Qué pasaba o que les pasa a los más jóvenes cuándo suspenden un trimestre? Al siguiente, tienen que estudiar en el que están en ese momento y el pasado. ¿Qué pasa si vuelven a suspender el segundo trimestre? Al final del curso tendrán que estudiar lo de los tres trimestres. Ahora bien, si ese alumno va resolviendo cada exámen satisfactoriamente, cuando llegue al gran examen final, será una prueba más que superar.
Llevemos eso a la vida real. Los problemas aunque sean pequeños, hay que resolverlos en cuanto surgen. Atajarlos y zanjarlos de la forma más directa que conozcas. Sin estancarlos. Así, nos iremos preparando para los grandes problemas, los de verdad. Aquellos que crees que no te llegan pero un día sin esperarlo, ahí están, a la vuelta de la esquina.
Si ya estás metido en un pozo del que no sabes como salir, no te preocupes, te aseguro que todo tiene solución. Que lo primero es decirte a ti mismo: «Quiero solucionar mi problema, quiero ser feliz». Dar el paso de verbalizarlo, ya sea a familia, amigos o profesionales que están ahí para ayudarnos a administrar nuestras emociones. Pero nunca dejarnos abandonados, eso es lo último en lo que debemos pensar.
Aunque no veas la luz, te aseguro que con los días, semanas o meses, recordarás a tu yo del pasado y te dirás: «Qué tonto fui. Pero ¡Cuánto aprendí!»
Rodearte de gente positiva. Vivir el ahora. Ser agradecido. Ayudar a los demás. SER FELIZ.
Ama, ámate y siempre ama. Desde el amor, todo se puede.
Adentrase en el fin de semana con ilusión para recargar las pilas y empezar la semana con positivismo y motivación.
Queda oficialmente inaugruado….Redoble de tambores…. ¡EL FIN DE SEMANA!