Ese día que algo se tuerce y maldices cada cosa que hiciste o no salió como esperabas. Que llegas de un descanso y oye, que tú quieres más, que los pedidos se han acumulado y tienes que tirar adelante aunque no quieras. A pesar del calorcito y todo lo que conlleva hay que cerrar puerta y seguir trabajando.
Esos momentos de la vida en los que cuando menos energía tienes, más tienes que dar. Pues sale una energía extraña que no sabías ni que existía que te ayuda a salir adelante. Y entonces paras y te dices a ti misma: «Qué tonta soy, si solo puedo agradecer tanto cuanto tengo» Que siempre habrá alguien peor que yo, con más calor y con menos trabajo. Eso es así, verdades directas y francas que llegan lo más hondo pero que te hacen valorar cada cosita que tienes, aunque sea mínima.
Últimamente no puedo parar de sentirme afortunada por cada cosa buena y positiva que pasa en mi vida. Hay momentos en los que una espinita se te clava en el corazón y cuando consigues liberarla con otras experiencias buenas es tan satisfactorio… Que verdaderamente caes en la cuenta de que desde desayunar una buena sandía fresquita, pasando por tener un trabajo que te gusta y te llena como persona, hasta la dulce espera de su llegada, son cosas positivas que no todo el mundo tiene y que tú si, ¿Qué más?
Permitirme que os cuente una anécdota. Estando comiendo en un restaurante, la mesa de al lado empezó a discutir y levantar la voz por lo que parecían temas familiares. Y le comenté a F. «No me apetece oír discutir a nadie» Así de simple. Esa sensación de tener paz interior y molestarte cualquier cosa ajena que desequilibre tu estado emocional. Y darte cuenta en ese justo momento que eso que tienes también es muy valioso. Que tan importante es saber relativizar como tener un equilibrio emocional sano.
«La vida es un sistema equilibrado de aprendizaje y evolución. De placer y dolor. Cada situación en nuestra vida sirve a un propósito. Depende de nosotros reconocer lo que podría ser ese propósito.»
Steve Maraboli
El equilibrio está donde tú consideres. Donde tus emociones y raciocinio te marque. Nada es bueno ni malo. Cada uno de nosotros tenemos una percepción del mundo muy diferente. Pero sigo afirmando que somos lo que pensamos y somos lo que sentimos, porque de encontrar el equilibrio entre estas dos cosas, depende tu bienestar como persona adulta. De la capacidad de razonar y la habilidad de sentir depende tu empatía, tu relación con los demás, conceptos como el perdón, orgullo, gratitud….
Solo nos queda seguir progresando como personas, en base a nuestra experiencia. Vivir buscando un equilibro tanto emocional como racional. Ser conscientes que si tu único objetivo en esta vida es ser feliz y hacer feliz a los que te rodean, lo esencial es el equilibrio sano que está donde tú consideres mejor.
Ama, ámate y siempre ama. Desde el amor, todo se puede.
Que tengas una feliz semana. Muchas gracias por leerme y de todo corazón deseo que disfrutes con cada lectura. Con esto declaro oficialmente inaugurado….
¡El fin de semana!
¡Feliz Verano!