Cuando pienso en mi infancia, me digo a mi misma, ojalá hubiera hecho esto así. Quizás hubiera sido mejor ser de esta manera o de esta otra. Seguro que si hubiera actuado de otra manera hubiera cambiado aquello.  Y al instante, algo hace click en mi mente. 

¿Quiénes de nosotros sabemos que hubiera sido mejor o peor hacer? ¿Estamos seguros que cambiando aquel día todo hubiera sido diferente? Rotundamente no. Es más, gracias a aquello que hiciste, hoy eres quien eres. Independientemente de que te guste más o menos tu yo del presente, la vida te ha trabajado. Con ella has labrado un sin fin de momentos y experiencias positivas y menos positivas. Todas juntas han hecho que hoy seas tú y no otra persona. La vida es un instante, que pasa tan rápido que por qué desperdiciarlo.

Es difícil asumir que el pasado es una enseñanza de nuestro presente y futuro. A veces nos arraigamos tanto a nuestros errores o decepciones que olvidamos lo bonito del presente y de vivir el hoy. Tenemos dos elecciones en esta vida, aprender y pasar página o machacar continuamente cada cosa en la que te equivocaste o cada momento que te hizo daño.

«Equivocarse es humano, pero sólo los estúpidos perseveran en el error» 

Marco Tulio Cicerón

He aprendido mucho, de la vida, de la experiencia, de la lectura. Ansío seguir viviendo esta vida que se me otorgó pensando en qué será lo que seguiré aprendiendo. Qué me deparan los días, cuál será ese consejo que podré dar a los míos más pequeños.

Es importante que siempre seas fiel a tus principios y que en cada momento de cada decisión estés completamente segura que siempre será tu mejor elección. Da igual si luego te equivocas o aciertas. En ese momento tu mejor elección es lo que escogiste.

Es tu vida y solo tienes esta, ninguna más. Será una vida de aprendizaje, de decisiones, de vivencias puras y llenas de amor y de momentos que te harán pasar unos días “plof”. En el momento que naciste decidiste aceptar las reglas del juego y jugar. Vivir cada momento como si fuera el último y haciendo cada cosa desde el amor. Cada decisión desde la convicción más absoluta y esperando paciente que mañana te digas a ti misma: “En ese momento era lo mejor que podía haber hecho”.

Ama, ámate y siempre ama. Desde el amor, todo se puede.

Adentrase en el fin de semana con ilusión para recargar las pilas y empezar la semana con positivismo y motivación.

Queda oficialmente inaugurado….Redoble de tambores…. ¡EL FIN DE SEMANA!,

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