Últimamente me dejo llevar. A lo largo de mi vida siempre me han pasado cosas por las que en primera instancia me he maldecido y asegurado la mala suerte que tengo y después a los días, meses o años descubría que aquello que pasó no estaba tan mal del todo.

No hablo de que todo pase por algo o estemos destinados. Que creas en eso o no lo dejo en tus manos. Te hablo de asimilar los hechos conforme vienen. Que todo tiene un por qué, un sentido y sobretodo un aprendizaje. Vamos, hablando claro «No hay mal que por bien no venga». Así de sencillo.

Sabéis que hace unos meses él y yo decidimos dar el paso, el sí quiero. Entonces empezamos los cursos pre-matrimoniales de los que todo el mundo nos había hablado «regular y menos». En un momento pensé que no era muy beneficioso que lo hiciéramos en un pueblo al que nos acabábamos de mudar y en el que no conocíamos a nadie. Pues otra vez, una muestra de que no siempre lo que pensamos que sería idílico hubiera sido lo mejor. Hemos conocido a gente maravillosa, que comparten nuestro mismo estilo de vida, que viven cada momento desde el amor. Nuestros guías nos han dado consejos que sin duda nos acompañaran durante toda la vida y una luz que nos iluminará en cada duro momento. Y así es como me vuelvo a dar cuenta que esas parejas, esos temas y aprendizajes, nos estaban esperando.

Es importante que siempre seas fiel a tus principios y que en cada momento de cada decisión estés completamente segura que siempre será tu mejor elección. Da igual si luego te equivocas o aciertas. En ese momento tu mejor elección es lo que escogiste.

Que digo yo que suficiente presión existe en momentos de decisiones importantes, en los que barajas tantas opciones y tantas circunstancias que te rodean, como para que además te machaques con un futuro que siento decirte, siempre será incierto.

Es tu vida y solo tienes esta, ninguna más. Será una vida de aprendizaje, de decisiones, de vivencias puras y llenas de amor y de momentos que te harán pasar unos días «plof». En el momento que naciste decidiste aceptar las reglas del juego y jugar. Vivir cada momento como si fuera el último y haciendo cada cosa desde el amor. Cada decisión desde la convicción más absoluta y esperanzo paciente que mañana te digas a ti misma: «En ese momento era lo mejor que podía haber hecho».

Desde mi propia experiencia creo que nos machacamos mucho, muchísimo por cada momento que la vida nos va planteando. No jugamos a un juego limpio, complicamos cada tirada. Y si te quieres y así creo que debe ser, te pido que te lo pongas fácil. Que confíes en tu instinto y disfrutes de cada momento. Que te veas muy capaz de afrontar cada decisión con el único fin de aprender. Y diciéndote a ti misma una y otra vez «Siempre lo he hecho lo mejor que sabía».

Ama, ámate y siempre ama. Desde el amor, todo se puede.

Que tengas una feliz semana. Muchas gracias por leerme y de todo corazón deseo que disfrutes con cada lectura. Con esto declaro oficialmente inaugurado…. 

¡El fin de semana! 

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