Si alguien me hubiera dicho hace 10 meses mi situación de hoy, no le hubiera creído. Cuando eres madre, creas unas expectativas, te inventas una realidad e idealizas la maternidad. Y he de decir, que después de 10 meses, ahora empiezo a entender, conocer y saber escuchar las necesidades de mi hija. Diez meses hemos necesitado para entendernos mutuamente, para crear una complicidad y poder decir que sus ojos y actitud me hablan. Y es que una vez que entendí que es un bebé demandante, que necesita mis brazos como consuelo y que su refugio y seguridad está en mí, entonces, solo entonces, empecé a vivir una feliz maternidad.

¿Por qué te cuento todo esto? Sigue leyendo, porque puedes llevarlo a tu situación actual. Cuántas veces no hemos pasado por una mala racha, que parecía no acabar nunca, con una actitud derrotista, apagada, sin ánimo para continuar y lamentando una y otra vez que no mereces vivir eso. Y es que, querido lector, hasta que no asumes y aceptas tu realidad, no entenderás que esa es otra forma de ser feliz. 

“Confía en el tiempo que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades”.

Miguel de Cervantes Saavedra

Muchas veces nos sumergimos en una apatía de la que no nos apetece salir. No aceptas que esa es tu vida ahora y que a pesar de ser todo lo contrario a lo que habías idealizado, eres perfectamente capaz de vivir así, pero siempre con un condicionante, ser optimista. 

¡Ojo! No hablo de conformismo, ni muchísimo menos. Te hablo de vivir tu vida plenamente, con sus aspectos positivos y negativos, con subidas y bajadas. Picos de euforia y alegría y picos en negativo de una profunda tristeza. Esa es tu realidad, es tu vida y solo tienes una.

Imagina que no tienes un trabajo ideal, o que estás luchando por llegar a ese trabajo que tanto te apasiona. Estupendo, lucha por ello. Lo que hay que evitar es lamentarse mientras ese trabajo llega. Vivir en una apatía constante porque el actual no te llena ni emociona, eso solo hará que cada día sea eterno, que no tengas ilusión por nada más y siento decirte, que ese otro trabajo tan ansiado, con esa actitud derrotista, no llegará. Lucha, pero mientras luchas, sé optimista. 

No pretendo decir con esto que no tengamos que tener aspiraciones, ¡todo lo contrario!. Pero tienes que evitar que estas condicionen y amarguen la realidad que tienes actualmente delante. Tendrás que echarle valor, ser constante y tolerante contigo mismo. Al fin y al cabo la vida es mucho más que ir solucionando todo lo que se nos presenta, es una carrera de fondo donde el riesgo, emociones, frustraciones y experiencias tanto positivas como negativas, estarán siempre presente y tendremos que convivir cada día con ello. 

Ama, ámate y siempre ama. Desde el amor, todo se puede.

Suscríbete al blog por correo electrónico

Introduce tu correo electrónico para suscribirte a este blog y recibir avisos de nuevas entradas.

Únete a otros 2.141 suscriptores

1 comentario

  1. Maria DOLORES GONZALEZ MOHINO

    Me ha encantado leerte, me ha ayudado a aceptar situaciones que no siempre son agradables.Geacias

Deja un comentario

Puede que también te guste...