Hoy sumo uno más a mi vida. Hoy vengo aquí, refugiándome como siempre en mi blog a modo de diario y de confesiones que siempre me rondan en mi mente. Ha sido un año muy diferente pero que muy diferente a lo que podía haber imaginado, eso es lo bonito de la vida, ¿no? Cada 20 de agosto me prometo a mi misma que seguiré en la búsqueda de mi felicidad y cada año hay siempre sorpresas gratas y no tan gratas que a pesar de todo, no las borraría. Así es, mi vida está llena de aprendizaje, continuo aprendizaje que adoro. Porque una cosa tengo clara, soy quien soy por las cosas que he vivido y eso, entre tú y yo, no lo cambiaría por nada.
En mis 28 he sido mamá, se dice pronto, pero se vive aún más rápido e intenso de lo que puedas llegar a imaginar. Y aunque ha sido una maternidad muy bonita, ha habido momentos en los que me olvidé de mi misma, grave error. Una vez escuché y nunca olvidaré lo siguiente «Los bebes lloran lo que las madres callan». Y la vida me dio una bonita niña demandante de mamá, precioso a la vez que agotador. El día que nació dejé una parte de mi esencia en algún lugar, que prometo volver a encontrar. Porque como le digo a ella muchas veces mientras me balbucea, «una mamá cansada es una mamá aburrida» y estoy segura que no quiere eso para ella. Lejos de parecer una mamá que se queja, soy una mamá feliz y dichosa, con una hija preciosa pero una mamá que habla de la verdadera realidad de la maternidad, ni más ni menos.
Luego llegó el dichoso Covid. Y como siempre digo, de todo se saca algo bueno. Y aunque ya he sacado cosas buenas de esta situación que aún vivimos, de nuevo ha hecho que mi persona cambie. Las relaciones, no volverán a ser las mismas en mucho tiempo. He tenido que negar abrazos a mi hija, aún ruego que no la besen en un ánimo de protegerla todo lo que pueda. He tenido que ver a mis padres después de meses y he decidido, por mi bienestar y el suyo, mantener la distancia. Pero cuando por fin nos vimos preparados para ese abrazo, me supo a pura felicidad.
Con estos 28 he aprendido tantas cosas, pero tantas cosas, que ya tengo ganas infinitas de dar la bienvenida a los 29 con todo que me traiga. Vuelvo a prometerme a mi misma buscar el verdadero origen y significado de la felicidad. Habrá etapas de verdadero aburrimiento, momentos intensos de felicidad y segura estoy que me deparan estados de tristeza inmensos y desgana o cansancio hasta abrumarme. Pero estoy dispuesta a ello, para seguir sumando mucho más a mi colección. Este año como siempre, soplaré las velas con un único deseo: Ser feliz. Porque si eres feliz, ¡ay querido lector! Si eres feliz, no necesitas nada más.
Mucha felicidad Ana !! Para hoy y para todos tus días !! 😘😘