¡Hola! ¿Qué tal esta semana?

¡Hola septiembre!

Los días en las que las perseidas sobrevolaban el cielo, estaba reunida con mis sobrinos, mi tía, mi prima pequeña y mi abuela. Tenía en mente el deseo, para en cuanto la viera, pedírselo a la estrella que quisiera hacerlo realidad. Hace unas semanas fue mi cumpleaños. Al soplar las velas, pedí un deseo. Y ahí me di cuenta, que llevo pidiendo el mismo deseo desde que tengo uso de razón. Cada cumpleaños, cada noche de perseidas, hasta cuando estrenaba ropa con mis amigas, teníamos el juego de pedir un deseo (cosas de niñas) Llevo 16 años pidiendo lo mismo: Ser feliz.

Así, tal cual. Siempre tuve una madurez quizás demasiada para mi edad. Y digo demasiada porque la infancia hay que vivirla sin ese tipo de preocupaciones. Mi sobrina Andrea me recuerda mucho a mi de pequeña. Una niña con corazón de adulta, que observa, analiza sin prejuicios y llega a sus propias conclusiones con propiedad. Niña de buen corazón, de las que se emociona al verte llorar. O expresa con un abrazo eterno cuanto te ama. Grita en silencio lo que piensa y casi siempre tiene la verdad absoluta. Con ella las conversaciones son interesantes, más que con algunos adultos que me he cruzado en mi camino.

Mi único deseo en mi vida, era ser feliz. No porque no lo fuera en ese momento , pero quería seguir viviendo en un estado de felicidad plena. Y es que, si eres feliz, ¿qué más quieres? Puedes tener problemas, todo el mundo tenemos una mochila que cargamos con una serie de problemas, sean mayores o menores, que están siempre presentes. Si tu mente y corazón viven felices, será más fácil cargar tu mochila.

Me pregunto en que momento una persona desiste de ser feliz. Cuáles son los motivos que le llevan a abandonarse, a no querer buscar un sentido a la vida y dejarse llevar. Viendo pasar los días como si nada, perdiendo oportunidades de disfrutar.

A veces las circunstancias nos sobrepasan, el rechazo nos duele. A veces nos hacemos dependientes de alguien o algo y esto puede llegar a hacerte sentir esclavos de los demás. Pero todo esto tiene solución.

Si estás en ese momento, LIBÉRATE. Libérate de todo lo que te bloquea, de las personas tóxicas, libérate de las malas influencias, de eso que ahora mismo te está haciendo infeliz.

TIENES DERECHO A SER UNA PERSONA FELIZ

 
Cada vez le doy más importancia a vivir el ahora. Soy yo la que te está diciendo que no pienses en un futuro y he de confesaros algo, yo cometo ese error muy a menudo.
Por mi forma de ser, me es inevitable pensar en que haré en un futuro, en como controlar las situaciones que ni siquiera han pasado todavía. Pero en estos casos extremos, tengo a Fernando que me recuerda que ahora está todo bien, que somos felices con lo que hacemos y que el mañana seguro seguirá siendo así, porque lucharemos por ello.
Disfruta de hoy, el día a día. Ayuda a quien puedas y como puedas, rodéate de gente feliz y aléjate de las amistades tóxicas.
Y recuerda: Lucha por ser feliz, el resto llega casi sin esperarlo.
Que tengáis un Feliz viernes. Con esto, declaro oficialmente inaugurado… ¡El fin de semana! ¡Hasta pronto!
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