Cuando una puerta se cierra, ¡se abre una ventana!

¡Hola!

¿Qué tal estás? 🙂 Hoy te animo a leer este post, que una vez más, está cargado de pensamientos, sentimientos e ideas que están presentes en mi día a día.

Una frase que me ha acompañado a lo largo de mi vida:

"Cuando una puerta se cierra, se abre una ventana" 

Puede parecer la típica reflexión que le dices a alguien para animarle en un mal momento. Pero creo que es mucho más. Os invito a reflexionar sobre su significado.
Por lo que veo a mi alrededor, en las personas de mi entorno, solemos pensar que las puertas se abren y se cierran por cosas que pasan y que no podemos controlar, que si hoy se ha abierto esa puerta es porque has tenido una suerte exagerada.

Podemos creer en la serendipia. Que los momentos afortunados vienen sin esperarlo. Hoy te invito a creer en que esa ventana se abrió porque tú y solamente tú lo buscabas y luchaste por ello.

Un día en clase de pintura, mientras nuestro profesor nos daba una de esas charlas mitad bronca mitad motivadora, nos dijo esta frase de mi admirado Pablo Picasso:

¡Eso es exactamente lo que hoy vengo a decirte! No esperes sentado a que esa ventana se abra. Levanta y sal a buscar la ventana abierta, TU VENTANA. Te está esperando para que la descubras.

Durante toda mi vida he tenido varias experiencias que me han hecho creer que todo lo que me ha pasado, siempre ha traído algo bueno, porque he luchado porque fuera así. Y esto me lleva a vivir cada caída, cambio o fallo con optimismo, buscando ese lado bueno que me está esperando.

Cuando terminé bachillerato mi idea era irme a cursar mis estudios de Bellas Artes en Granada. Mis dos profesoras me habían hablado de esa universidad y todo mi empeño era vivir mi etapa universitaria en Granada, Granada y Granada. Al final por tema de notas medias y demás no pude mudarme a esa bonita ciudad. Me aferré muchísimo a esa idea y ese fue el gran problema. Lo viví como un fracaso. Cuando realmente el fracaso hubiera sido ni siquiera poder haber estudiado Bellas Artes. Y terminé en Cuenca, una ciudad no menos bonita.
¿Y que me trajo de bueno? ¡Millones de cosas! Conocí a mi gran amiga María, a la que hoy en día le extraño muchísimo. Pude ir cada fin de semana a casa y vivir de cerca la infancia de mi sobrina Andrea. Y en uno de esos viajes a casa conocí a mi gran amor, Fernando…  ¡Y vi nevar todos los años que estuve allí!

¿Que más puedo pedir?
·Estudiar en Cuenca, ha sido la cosa más bonita·

Han tenido que pasar seis años para darme cuenta que aquello que ocurrió en un momento determinado, traía no una ventana, sino ¡Un ventanal! ¡Un balcón! ¡Un portal!

Ahora se me presenta otro cambio en mi vida, que aún no os puedo contar, pero prometo que lo haré. Y aquí estoy, buscando con motivación y alegría esa ventana que me traerá cosas muy buenas y positivas, estoy convencida que será así.

He de reconocer que no todo es alegría y momentos de esta energía que os intento transmitir. Tengo momentos malos, muy malos. Los cambios siempre vienen acompañados de ideas o proyectos a los que me había aferrado y he tenido que abandonar. Pero siempre intento que esos momentos malos duren como mucho, una hora 🙂 Y volver a mi camino, donde busco permanentemente la felicidad, la satisfacción personal y el bienestar conmigo misma.

Hoy la cosa va de frases de pintores, y es que mi experiencia universitaria me ha hecho recordar estas frases que han marcado momentos de mi etapa.

Así que, sin más dilación, sueña tu idea, tu propósito y después lánzate a ello. Recuerda: «Cuando una puerta se cierra, se abre una ventana» ¡Búscala!

Que tengáis un Feliz viernes. Con esto, declaro oficialmente inaugurado… ¡El fin de semana! ¡Hasta pronto!